M. CASTAÑO, 29-05-14
0.1.
Introducción
La movilidad urbana, segura y
sostenible se ha convertido en uno de los principales retos a los que se
enfrentan las ciudades y es a partir del consenso ciudadano, como se conseguirá
mejorar la calidad de vida ciudadana, la calidad medio-ambiental, el desarrollo
sostenible y un transporte colectivo seguro y rápido. A partir de esta necesidad de alcanzar una
movilidad segura, nos planteamos algunas
premisas necesarias para poder alcanzarla:
* La movilidad
es una necesidad básica.
* Es un
derecho ciudadano.
* Las
Administraciones deben garantizar su calidad y cantidad.
* La movilidad
segura y sostenible hemos de basarla en una movilidad ecológica (ecomovilidad)
o movilidad que se aborde, bien desde el uso de un transporte público o bien, a
pie, en bicicleta o en vehículos compartidos.
* Así mismo
planteamos que esta movilidad segura ha de propiciar: La limitación de los
vehículos privados, la limitación de la velocidad (contribuyendo a
pacificar el tráfico). Y el diseño de una urbanización de las ciudades
teniendo en cuenta los problemas que la movilidad puede generar en la zona.
En este sentido, hemos de tener
en consideración la necesidad de establecer pactos cívicos de movilidad,
establecidos y aceptados con éxito en diferentes ciudades españolas. La concreción de estos pactos en Planes
Locales de Movilidad Urbana y Proyectos Educativos de Ciudad, constituyen un
marco de acción necesario en el panorama de la Ciudad Educadora. Estos Proyectos Educativos de Ciudad, son un
instrumento que permite descubrir a los ciudadanos que la Educación puede ser
un elemento de progreso que contribuya a la mejor Seguridad Vial de los ciudadanos mejorando
valores cívicos básicos en la convivencia vial como el respeto y
la tolerancia con todos los usuarios viales. Se hace necesario que los
ciudadanos aprendan a conocer su ciudad, aprenda a hacer en su ciudad y,
además, deben aprender a ser buenos ciudadanos. En definitiva los ciudadanos
necesitan aprender a convivir con los otros usuarios de la ciudad.
En este orden, cabe
preguntarse, ¿Qué papel juega la Educación Vial dentro de los Planes Locales de
Movilidad Urbana?
Como hemos venido reflejando, los
ciudadanos están vinculados al concepto y realidad de la movilidad en sus
ciudades, ellos son parte activa, parte beneficiada o perjudicada en su calidad
de peatones, viajeros o conductores, pero eso es fácil deducir que las personas somos el eje fundamental
de la movilidad. La mejor manera de
actuar sobre el comportamiento humano es, sin lugar a dudas, a través de la
Información, Formación y Educación. Por
esta razón, hemos resaltado la necesidad y conveniencia de que los municipios,
a través de sus respectivos Ayuntamientos, sean capaces de diseñar Proyectos de
Movilidad Urbana, que a partir del análisis de la realidad de sus ciudades,
tengan la creatividad suficiente para ofertar soluciones para conseguir
disminuir el accidente, la contaminación acústica y medioambiental, sin sentir
constantemente la invasión de los vehículos.
Los Proyectos Educativos de
Ciudad permitirán el dinamismo de ésta con la participación activa de sus
habitantes, les concienciará y animará a tomar la ciudad como algo suyo, ya que
a ella pertenecen, en ella viven y tratarán de mejorar la calidad de vida, de
sus relaciones y de su cultura, a la vez que lucharán por conseguir una ciudad
más humana.
Debemos retomar las ciudades, los entornos, como lugares de
convivencia, encuentro y tolerancia. Las ciudades se han convertir en centros
educativos, donde la responsabilidad y el compromiso para el diseño de un
modelo ideal sea una tarea global de todos los actores, donde éstos han de
adquirir un compromiso con la finalidad de pode dar solución a problemas,
recogiendo iniciativas y sugerencias relacionadas con la seguridad y la
prevención, facilitando de este modo la accesibilidad y el desplazamiento de
todos los ciudadanos.
El concepto de movilidad, vinculado a las personas, vehículos
y espacios, es utilizado indistintamente para expresar la facilidad de
desplazamientos como medida que lo garantiza. Para todo esto es necesario:
Ø
Contar
con la participación ciudadana, que derive en implicación, acción, alternativas
y cambios.
Ø
Recuperar
espacios para peatones y ciclistas.
Ø
Potenciar
el uso del transporte público, saludable y rentable.
Ø
Hacer de
los entornos lugares accesibles de todos y para todos.
La movilidad urbana reclama una
adecuada información, formación y educación de todos los ciudadanos en lo
referente al conocimiento de normas, señales, uso adecuado de las vías y de los
diferentes medios de transporte, un conocimiento y unas actitudes adecuadas que
generen hábitos, comportamientos y unos valores de convivencia.
La Educación Vial y la Educación
Medioambiental deben ser impulsadas y potenciadas por los municipios como
claves para lograr una adecuada movilidad y poder conseguir ciudades
accesibles, cómodas, sostenibles, habitables y seguras. En este contexto, los
pactos por la movilidad se centrarán en el establecimiento de criterios de
actuación respecto a un mejor funcionamiento de la movilidad en la ciudad,
garantizando la movilidad y la accesibilidad. Estos se establecerán en función
de unos principios básicos y conocidos por los ciudadanos:
1.
La ciudad es de todos y podrá disfrutarse por todos:
niños, ancianos, conductores, discapacitados.
2.
Priorizar en el uso de la ciudad: Primero que la ciudad
sea habitable y después que se pueda circular.
3.
Buscar desplazamientos ecológicos.
4.
Necesidad de que se disponga de una Planificación de la
Movilidad (la calle es de todos).
5.
Racionalizar el uso del Automóvil con alternativas
interesantes para el usuario.
6.
Mejorar la Seguridad Vial y el respeto entre usuarios.
7.
Informar y Educar en la necesidad del uso de
transportes públicos y poco contaminantes: bicicleta – paseo – autobús o
tranvía - metro.
8.
Favorecer la Formación y Educación Permanente de todos
los usuarios de las vías, especialmente en los aspectos conductuales.
9.
Disponer de un Proyecto Educativo de Ciudad que
contenga una normativa adecuada a la movilidad deseada.
3.2. Los actores implicados:
a. Los niños: La mayoría de los niños entre los 7 y los 12 años no
van solos al colegio, especialmente en el ámbito urbano. La edad recomendada
para poner en marcha caminos escolares seguros haciendo que los menores se
desplacen por si solos puede ser los 7-8 años.
Los niños han de sentirse seguros
para realizar por si solos el trayecto y para ello se necesita la colaboración
estrecha de todos los agentes implicados.
Para ello es necesario que los contenidos viales y de
movilidad sostenible estén presentes desde las primeras edades como una
educación en valores y de comportamiento adecuado en y desde
b. Los padres: colaboración y participación
en el proyecto como principales educadores viales y modelos de comportamiento.
Incorporación
de conductas viales adecuadas y correctas que favorezcan, de manea paulatina,
la autonomía de los niños a partir de los 7-8 años en sus diferentes formas de
desplazamiento.
- Los Centros
Educativos: Aceptación e implicación de toda la Comunidad Educativa de
la
inclusión del
Proyecto “Camino escolar” en el Proyecto
Educativo de Centro. Esto implica la inclusión y desarrollo de contenidos
viales en el currículum escolar desde las primeras edades (LOE,2006).
Desarrollo tanto a nivel teórico como práctico de las diferentes acciones y
actividades a desarrollar para la consecución de itinerarios seguros. Análisis
de los entornos, problemas y soluciones teniendo como principal protagonista al
niño: intereses, necesidades y opiniones.
d. El municipio: implicación de la Administración Local, generando
entornos seguros en cuanto a infraestructura, señalización y regulación de las
zonas escolares.
Estrecha participación y colaboración
la Policía Local en el desarrollo de programas de Educación Vial escolar, tanto
dentro como fuera del aula.
- El entorno social: participación
de los diferentes colectivos sociales en el desarrollo de
propuestas y acciones para una
mejor movilidad de los menores
Implicación de los
establecimientos, asociaciones y entidades, a través de su ayuda y apoyo como
puntos de referencia para los niños.
3.3. Los objetivos generales del Camino Escolar
Ø
Fomentar la autonomía de los escolares en sus
trayectos habituales relación con los diferentes modos de desplazamiento.
Ø
Aumentar
el número de menores que se desplazan solos al colegio: caminando, en
bicicleta, autobús….
Ø
Reducir
el número de vehículos que a diario desplazan a los menores al centro escolar.
Ø
Recuperar
los espacios públicos fomentando el uso del entorno de manera segura, saludable
y sostenible, especialmente a pie o en bicicleta.
Ø
Generar
la participación de la Comunidad, implicando a los padres/madres en el
proyecto, con el fin de garantizar una mayor autonomía de los menores.
3.4. Las fases generales para el diseño del Camino
Escolar
a. Análisis del entorno escolar:
rural/urbano
Análisis de las necesidades del centro y del espacio urbano
(cuestionarios)
Estudio de la movilidad hasta el
centro educativo.
Identificación de problemas
b. Diagnostico y tratamiento de la
información recogida
Tratamiento de la información
recogida a través de los cuestionarios de todos los actores implicados:
planificar, desarrollar, actuar, evaluar, propuesta de mejoras.
Diseño y
elección de itinerarios seguros en función del modo de desplazamiento y entorno
Elaboración de
mapas de desplazamiento.
c. Diseño del Camino Escolar
Diseño y elección de itinerarios seguros en
función del modo de desplazamiento
Propuesta para
el diseño de actividades.
Realización de campañas de
difusión que inviten a la participación social y ciudadana
Los niños también han de
participar, diseñando el itinerario deseado por ellos, los que les gusta, los
que cambiarían
Señalización
de los itinerarios
Eliminación de obstáculos
Mejora de las
infraestructuras, señalización y medidas por parte de los actores implicados
Colaboración
de los establecimientos y del entorno social.
d. Implementación i difusión del Camino
Escolar
Proyecto compartido y consensuado
entre los actores implicados en el proceso
Propuestas de actuación para la
mejora de los itinerarios seleccionados en función de los diferentes modos de
desplazamiento y afluencia
e. La evaluación y las propuestas de mejora
Evaluación y seguimiento anual de
las propuestas con el fin de mejorar y modificar, si fuera necesario, los
diferentes itinerarios propuestos.