jueves, 1 de abril de 2010

ESTADÍSTICAS DE ACCIDENTES EN ARGENTINA (2009)

Informe remitido por Eduardo Bertotti (Director del ISEV).


CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES GENERALES

CONCLUSIONES
En función de lo evidenciado en la evolución de las variables comparadas en los cuadros anteriores y cruzando los datos con la evolución general de la siniestralidad (+16.48%), morbilidad (+6.74 %) y mortalidad vial (+/- 1 %) reflejada en el año 2009, respecto al año 2008, podemos llegar a las siguientes conclusiones con un aceptable grado de certeza, y siempre respecto a los CONDUCTORES DE VEHÍCULOS:

1. A pesar del aumento constante de la siniestralidad vial (cantidad de accidentes graves) en términos relativos, la Mortalidad de los Conductores se ha reducido en forma significativa en los últimos dos años. Esto puede deberse a dos (2) razones “probables”:

a) mayor uso por parte de conductores de elementos de seguridad pasiva (cinturones y cascos), y
b) disminución de abusos de velocidad y alcohol en la conducción.

2. El aumento de la Morbilidad (cantidad de heridos graves) es consecuente con la estabilización de la Mortalidad (cantidad de muertos). Probablemente muchos de los heridos graves de hoy, habrían sido muertos en los años pasados.

3. Sin embargo la Siniestralidad (cantidad de accidentes) continúa incrementándose año a año. Ello puede deberse al constante incremento de unidades vehiculares al parque circulante, al aumento de la Tasa de Uso del automotor (incremento de consumo de combustibles) y a otras variables. Pero indudablemente existen factores conductuales, de ingeniería en vehículos e infraestructura (en el diseño, construcción y mantenimiento) que concurren a agravar el problema.

RECOMENDACIONES
Resulta muy evidente que la problemática vial en Argentina (en realidad en todas las naciones) es de naturaleza compleja (por ser resultado del comportamiento social tanto de administrados - usuarios como de administradores - autoridades) y por ende NO admite soluciones basadas en acciones simples y aisladas, ni el involucramiento unilateral de un sector. En otras palabras, si bien el Estado debe “liderar” el proceso y la política de seguridad vial, el sector privado (familia, instituciones y empresas) deben coadyuvar al mismo. Por ello dividimos las Recomendaciones:

1. SECTOR PÚBLICO: Es innegable el efecto positivo de las acciones de control en la vía pública y de la difusión de sus resultados. Sin embargo no puede sostenerse en el tiempo, como único recurso y basamento exclusivo, la acción represiva. En su máxima expresión requeriría de un “controlador” o un “Gran Hermano” por cada usuario.
Existen grandes deudas pendientes: incorporación de la Educación Vial (Formación en Valores) de las futuras generaciones; generación de programas pautados de mejoras en seguridad en la producción de unidades vehiculares y en el diseño, construcción y mantenimiento de infraestructuras; optimizar el expendio de habilitación para conductores, etc. Todas acciones que deben estar integradas en un Programa que las articule e interrelacione.

2. SECTOR PRIVADO (Empresas e Instituciones): El enorme costo en vidas y materiales no es un tema ajeno a la evolución de las actividades de una sociedad. De ninguna manera son indemnes al mismo. La formación de su personal y sus Programas de Responsabilidad Empresaria hacia la comunidad deben incorporar la temática en forma urgente y seria.

3. ESFERA PERSONAL Y FAMILIAR: El individuo integrante de la sociedad es el protagonista, víctima y victimario de sus pares. Debe apelar al más básico componente del raciocinio: “el sentido común” y al terreno afectivo para combatir los malos hábitos adquiridos en el comportamiento y uso compartido de la vía pública, siendo salvaguarda para que las futuras generaciones “cambien” nuestra lamentable historia en la materia.



Consejo Directivo ISEV
Marzo de 2010

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