sábado, 26 de marzo de 2011

LA HORA DE ORO

M. CASTAÑO (Marzo de 2011)

Parece ser que el término "hora de oro" fue acuñado por el médico Adams Crowley, como el recordatorio de prontitud y oportunidad con que debe ser aprovechado éste período, caracterizándose por la evaluación y resucitación rápidas y con el fin de reducir la incidencia de muerte: “Hay una hora de oro entre la vida y la muerte. Si estás gravemente lesionado, tienes menos de 60 minutos para sobrevivir. Puedes no morir entonces, pero lo puedes hacer tres días o dos semanas después, porque algo ha ocurrido en tu cuerpo que es irreparable”.
Así pues, como las lesiones por tráfico son un problema de salud pública, requieren ser solventadas con actuaciones multisectoriales y de urgencia. Pocos dudan de que la prevención de este tipo de lesiones sea una responsabilidad compartida por la sociedad.
En este sentido,, Sanidad y la Dirección General de Tráfico (DGT) han elaborado una guía de recomendaciones para reducir males mayores y poder aumentar la supervivencia de las personas que resultan heridas en un accidente de tráfico, sobre todo en la primera o segunda hora tras el siniestro, que es cuando se registran el 75 por ciento de las muertes. Estas actuaciones deben estar basadas en saber proteger bien el lugar del accidente, avisar al 112 y brindar una primera asistencia sanitaria, adecuada en tiempo, capacitación y traslado de los heridos. Lo que a todos nos han enseñado en los cursos de Soporte Vital Básico, bajo la nemotécnica del PAS y que sería bueno hacer extensible a todos los ciudadanos.
Un factor fundamental para salvar la vida de un accidentado es el tiempo que se tarda en llegar al lugar, y las maniobras que se efectúen al herido. Así pues, esta guía presenta un protocolo con recomendaciones a seguir y que no estaría demás que lo conociésemos y pusiésemos en práctica todos. Por eso, se me ocurre que estas Administraciones deberían pasar de las buenas intenciones a los hechos ofreciendo cursos prácticos para toda la población, con el fin de adquirir los conocimientos y habilidades apropiadas para poder actuar en caso de accidente y así poder contribuir a la reducción de lesiones mayores y de fallecimientos en las primeras horas posteriores al accidente.
Tenemos la gran suerte de que los servicios de emergencia españoles estén considerados entre los tres mejores de la Unión Europea. Quizás sea por esto que, siguiendo la sugerencia de SAMUR Protección Civil, los ciudadanos que presencien un accidente llamen siempre al número de emergencias 112, indicando el lugar de los hechos, cuántas víctimas hay y cómo se encuentran. Para los servicios de emergencia es vital la “hora de oro”, basada en una rápida valoración, manejo apropiado de la vía aérea, control eficiente de la hemorragia, estabilización de fracturas, iniciación de reemplazo de volumen sanguíneo en su trayecto al hospital, y traslado en el menor tiempo posible. El factor tiempo es crucial en el resultado final.
En consecuencia, esta guía, tiene como destinatarios a "todos", desde el primero que presencia el accidente que protege el lugar y avisa, pasando por los profesionales que reciben la llamada de ayuda, hasta los médicos que reciben al herido en el hospital.
Nada de novedoso tiene este proyecto y más bien llega con cierto retraso, pues ya por la década de los 70, William Haddon Jr. basaba su matriz preventiva en el antes, durante y después del accidente. Siguiendo a Haddon, es fácil deducir que la mejor prevención implica actuar antes del accidente sobre las personas, los vehículos y el entorno ¿Por qué esperar a que ocurra el accidente para tratar de prevenir males mayores? ¿No sería más eficaz y lógico implementar medidas y actuaciones sobre todos los ámbitos, para evitar que se produzcan los accidentes?

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