Que el tema de la seguridad vial es actualidad, no cabe la menor duda; máxime cuando se acercan las elecciones a nivel: municipal, autonómico, estatal o europeo. En todos estos casos las propuestas y promesas de mejora surgen como hongos y, por breves momentos, uno llega a pensar y creer que los siniestros y sus secuelas van a desaparecer por arte de magia.
Ante las elecciones del 20 N, las rutinas de demandas de unos y de
promesas de otros salen a la palestra y, una vez más, el tema de la seguridad vial es de máxima importancia. Tanto es así que el damos rango sistémico (como debe ser) y las propuestas abarcan ámbitos institucionales, operativos, de infraestructuras, vehículos, educación, formación, sanidad, investigación, vigilancia, control, sanción, justicia, fiscalía… Inclusive, cada vez vamos llegando más lejos en las exigencias, y desde hace unas elecciones atrás solemos incluir el tema del entorno pretendiendo una movilidad segura y además sostenible.
En el umbral de las elecciones del 20N, la actividad en materia de movilidad segura ha sido abundante. Muchos están interesados en que los partidos políticos incluyan este tema en sus programas y que el que llegue al gobierno lo haga realidad. Por este motivo, hemos visto que las Asociaciones de Víctimas de Accidentes (Lo comentábamos la semana pasada) han hecho llegar sus propuestas a los responsables de los diferentes partidos. Los mismos derroteros tomó, a primeros de este mes, la Asociación Estatal de Carreteras. Tantas y tan grandes pretensiones por unos y promesas por otros, nos puede llevar a considerar que la movilidad de personas y vehículos es un fenómeno tan complejo como importante, en el que inciden múltiples variables, incluidas las decisiones políticas que en cada legislatura asuma cada uno de los gobiernos elegidos.
Aprovechar el momento de unas elecciones para la mejora de la seguridad vial no está nada mal, porque en algún momento hay que hacerlo. Que las asociaciones de víctimas de accidentes reclamen que no se les olvide y que propongan miles de mejoras, es bueno y positivo. Que la Asociación estatal de carreteras recuerde la necesidad de inversión y mejoras de las infraestructuras y viales, tan poco está nada mal. Que los partidos políticos hayan incluido propuestas de mejoras en sus programas electorales (Con diferencias sustanciales entre unos y otros), es de agradecer. Que muchos ciudadanos estemos deseando que se incrementen las medidas preventivas como la mejor inversión,… no está nada mal en el mundo de los sueños. Pero a mí, siempre me aseguraron que el movimiento se demuestra andando. Por eso, en este momento, como en elecciones anteriores, me siento pesimista ya que presiento que es una ocasión oportunista y con visos de promesas y buenas intenciones, más que seriedad y rigor hacia la mejora de la seguridad vial. Es decir que del dicho al hecho va a existir un buen trecho que impedirá, una vez más, tomar el toro por los cuernos para conseguir el objetivo cero en los siniestros viales. Es posible que este sueño se haga realidad con el Pacto social por la movilidad segura, que implique y comprometa a todas las administraciones, partidos, sindicatos, instituciones, asociaciones que directamente están relacionados con el tema que nos preocupa y nos anime a todos y cada uno de nosotros a implicarnos, porque se trata de un tema social que a todos nos afecta. Se ha logrado mucho, pero queda más por hacer. Los partidos políticos deben alcanzar este compromiso social.
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