domingo, 13 de mayo de 2012

La Seguridad Vial en peligro por el mal estado de las carreteras

Manuel Castaño Pardo, 13-05-2012
 Seguridad Vial y el estado de las carreteras

Estimado, apreciado, nunca bien valorado y ponderado amigo Canturri. No sabes cómo valoro y agradezco las aportaciones y críticas que me haces a todas y cada una de mis columnas semanales, y me sorprende tu interés por el tema y la calidad mental con la que asimilas el contenido, pese a estar mediatizado por tu posición social y académica, lo cual habla más a tu favor. Es posible que el entorno privilegiado de Valdelevanta juegue también a tu favor por estar un tanto ajeno a los maltraeres que se derivan del tráfico y sus accidentes.
Por este motivo, como sé que eres andariego y transeúnte interesado, hoy quiero exponerte un tema que, como verás, tiene gran importancia para la Seguridad Vial y un hondo calado económico y social, que hace referencia al estado actual de conservación de las carreteras españolas, pues según dicen los que de esto saben y han investigado, el estado de las carreteras ha empeorado de forma alarmante, hasta situarse en niveles que no se registraban desde los años 80. ¡Ya ves como anda el patio!  Y, además subrayan que, como no se tomen medidas de mantenimiento, este deterioro va a repercutir gravemente en el número de accidentes y en otros pormenores de interés que te iré comentando y que bien comprenderás, e incluso me darás la razón de estas posibles consecuencias, porque ya sabes que suele ser mejor prevenir que lamentar, y que en situaciones como ésta, no es cierto que un tropezón pueda prevenir una caída.
 No te me asustes si te digo que la Asociación Española de Carreteras estima que la inversión necesaria para el mantenimiento de firmes, reposición de señales, repintar las marcas viales, cuidar la iluminación… asciende a 5.500 millones de euros y que urge sean invertidos. Así las cosas, deducirás que las carreteras muestran ya evidentes síntomas de peligroso deterioro. Seguro que estás diciendo que con la iglesia hemos topado y que bueno está el Gobierno para florituras, cuando su política de recortes le sugiere guardarlos para tapar otros agujeros o llenar algún bolsillo, pese a que dentro de unos años nos salga cinco veces más caro.
Es posible que no venga mal, recordarle al Gobierno lo que tú y yo bien sabemos con ayuda del diccionario, que prevención es la acción y efecto de prevenir y preparar con anticipación lo necesario para un fin, anticiparse a una dificultad, prever un daño, avisar a alguien de algo... Como tú sueles hacer con tu piara, cuando inviertes en vacunas para cuidarla y evitar daños e inversiones mayores, ciencia básica que ya habrías aprendido de la vida, incluso antes de la asistencia a las clases de la Universidad de la Experiencia que iniciaste el año pasado, sabedor de que es mejor renovarse antes que morir o que no está hecha la miel para la boca del asno y, por lo tanto, es mejor invertir en prevención que en un tratamiento de paliativos.
En este sentido, es posible amigo Canturri, que Juan José Potti lleve razón dice que invertir en carreteras es invertir en sostenibilidad y desarrollo, pero también en seguridad y ahorro de costes que, a largo plazo, conllevan la reducción de la siniestralidad y el salvamento de vidas humanas, resaltando que los años acumulados de retraso en la denominada conservación, suponen la pérdida del valor patrimonial de nuestra red, cuya posterior recuperación exigirá una inversión muy superior a la necesaria para su conservación.
Así pues, a estas alturas del discurso, ya habrás asimilado que no invertir y aplicar recortes presupuestarios en carreteras, genera pérdidas económicas para el Estado y también para los usuarios de los coches (ahí estamos incluidos tú y yo) en cuanto el deterioro de los neumáticos, mayor consumo, desgaste de  amortiguadores y frenos, mayor de impacto medioambiental, alargar los recorridos y, por supuesto, el incremento de la accidentalidad.
Me imagino que tus devaneos mentales te habrán llevado a la conclusión de que mejorar las carreteras, además del ahorro, propiciaría inversión y una menor siniestralidad, también se crearían miles de puestos de trabajo, con lo cual podrías tener alguna oportunidad de cambiar de profesión para tu desarrollo personal y laboral. Pero me temo, que todo lo contado es un sueño, amigo Canturri, que algunos, como tú y yo, quisiéramos que se hiciera realidad.

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