Desde el año 1974, la normativa sobre la velocidad máxima permitida para los nuevos conductores es de 80 Kms/hora. La propuesta que ha surgido del Congreso, con el apoyo de todos los grupos políticos, es suprimir esta limitación y que se equiparen al resto de los conductores.
Sorprenden algunas de las argumentaciones esgrimidas, seguro que bien pensadas y meditadas por los representantes políticos, que dejan claro que lo que les importa con su propuestas será cualquier otra cosa, menos lo relacionado con la Seguridad Vial. Porque la Seguridad Vial (dentro de la cual está la variable velocidad) vende y da votos, de ahí que se diga que los nuevos conductores puedan correr más, porque: han mejorado las carreteras, los vehículos y la enseñanza en las Autoescuelas. Y estas tres últimas variables son relativamente ciertas, pero son argumentos insuficientes para confirmar la tesis que se propone.
La relatividad de esas variables queda argumentada porque: en primer lugar, la velocidad, adecuada o inadecuada, es una variable de alto riesgo en la Movilidad Segura. En segundo lugar, es cierto que la mejora de las vías ayuda a poder incrementar la velocidad, pero no a dominar en todo momento al vehículo que se conduce y porque no todas las vías han mejorado. En tercer lugar, la formación de los conductores ha avanzado mucho, pero no todo lo deseable, porque el tiempo y el número de clases de formación siguen siendo insuficientes y el sistema de evaluación una auténtica pena. No se puede considerar un conductor seguro a quien se forma en tan poco tiempo y con tan escaso número de prácticas. Esta formación de conductores está enfocada a obtener el permiso, pero no para garantizar la conducción segura en cualquier tipo de vía y menos a alta velocidad. Por eso, sería mucho mejor que la propuesta fuese a la base del problema, que no es otra que a la mejora de la calidad de formación (inicial y permanente) de todos los conductores y al cambio de modelo de la evaluación. Pero esta propuesta no vende, porque, políticamente y económicamente, no es correcta y porque socialmente no es admitida. Seamos realistas: los conductores noveles tienen claro que lo importante es obtener el Permiso en el menor tiempo y desembolso, la Administración que el proceso no genere demora administrativa, pues la realidad es que todos irán aprendiendo con el paso del tiempo. ¡Es posible que con el incremento de la velocidad aprendan más rápido!
La velocidad es congénita al ser humano, deseoso de economizar tiempos y reducir espacios. Pero, no olvidemos que existen las dos vertientes: adecuada e inadecuada. Tan peligroso puede ser conducir por exceso como por defecto, es decir, por ir a gran velocidad o por ir pisando huevos. La velocidad a la que debe conducir cualquier conductor responsable, independientemente a la antigüedad de su permiso, es la que se adecue: en primer lugar, al Reglamento establecido y, en segundo lugar, a la que determine su raciocinio y su lógica en función a sus condiciones psicofísicas, al estado de la vía, a la señalización, a las condiciones climáticas, el flujo de vehículos, al vehículo que se conduce y al estado del mismo.
Es posible que la velocidad adecuada sea la que esté relacionada con la cabeza del conductor y no con el pie que pisa el acelerador.
No perdamos el tiempo en bagatelas e invirtamos en una formación y educación de calidad de los conductores, de forma inicial y permanente, reformado el caduco sistema actual.
3 comentarios:
Esperemos que algún día, al igual que se van modificando normas y más normas, alguien caiga en la cuenta de que el actual sistema de obtención del permiso de conducir y su nulo reciclaje es hora de cambiarlo.
Reformar el sistema de formación de conductores, implica la reforma de formación de profesores y directores de Autoescuela, así como la de los examinadores y el sistema actual de exámenes. Hay tarea justificada para poder mejorar la calidad de la Seguridad Vial, pero eso está en manos de quien no quiere hacerlo. ¡Lo tenemos crudo!
Suele ser decepcionante que cuando un alumno suspende, venga el padre a reclamar a la Escuela el por qué, entre otras, a su hijo no se le han enseñado "las carriles reservados a Bus"!!!. Dicho alumno era el clásico que en el aula, sólo buscaba hacer test, y además por ordenador, sin atender a las explicaciones diarias que me empeño en mantener. Y en las clases prácticas, el alumno dice que no puede dar más de catorce clases de 45' porque "su madre dice que no le paga más" (no existe problemas economicos en la familia). Por ello, no nos es posible completar una formación teórico-practica adecuada, porque NO ESTAN DISPUESTOS a dedicarle simplemente más tiempo, ni siquiera hablo de dinero. Lo curioso es que el chaval, entrena baloncesto, con su padre que es el entrenador, y por lo visto, no le quedan horas al día para hacer otra actividad..... Esperemos que los reflejos imprescindibles para jugar con un balón, le salven cuando se encuentre a los mandos de un vehículo. SÍ A LA FORMACIÖN DE TODOS.
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