lunes, 28 de enero de 2013

A VUELTAS CON LA SUBIDA Y BAJADA DE LA VELOCIDAD


MANUEL CASTAÑO PARDO, 28-01-13

Una vez más y con argumentos similares, la DGT española mete el dedo en la llaga con los límites de velocidad en las carreteras convencionales, en las autovías y autopistas. En las carreteras convencionales se reducirá el límite de velocidad de 100 a 90 Km./h y en otros tramos incluso más. Además, sobre la ubicación de los 350 radares no operativos, Tráfico está trabajando para volver a ponerlos en funcionamiento, que añadirá a los 700 que hay instalados en las carreteras, colocándolos donde la velocidad superior al limite es incuestionablemente como factor de riesgo. Por el contrario, en las autovías y autopista, la propuesta es al alza hasta los 130, eso sí, de forma variable y en tramos determinados o conforme a las condiciones de la vía, del clima o de otras circunstancias, según se refleje en los paneles luminosos.
Estas medidas han hecho saltar las alarmas impulsivas de forma individual y colectiva, propiciadas más por el instinto natural frente a los límites, más que por el fruto del razonamiento y posterior asimilación e interiorización, olvidándonos de la línea aristotélica de que somos animales sociales por naturaleza, porque lo primero cabrearse y protestar sin evocar argumentos respaldados con juicios de valor. Porque en este tema, como en otros muchos, todos somos expertos basados en argumentos solventes y científicos,  tales como: a mi me parece, yo creo, pienso, está claro lo que se pretende, lo que menos le importa es la seguridad, mejor es que cuiden más el estado de las vías, con los coches que hay ahora, encima que han subido los peajes … y así seguiremos la retahíla  de falsos o no contrastados argumentos, que si bien facilitan el desahogo de la plebe, impiden la racionalización cívica de la norma, su asimilación y el posterior acatamiento. Eso sí, exigiendo a la administración que nos aporte más razones de peso o que consulte a sus ciudadanos. Lo curioso es que hemos protestado más por la bajada de límites en las carreteras convencionales que por la subida (insuficiente para algunos) en las autovías y autopistas. Y uno se pregunta:

¿Existen razones de peso para que la DGT haya optado por estas nuevas modificaciones de los límites máximos de velocidad?

Según datos de la DGT, se trata de una medida que apunta a la seguridad, porque el 75% de los accidentes se producen en carreteras convencionales de dos sentidos, debido a despistes y excesos de velocidad con invasión del carril contrario. Pero hay más factores de riesgo en estas vías: más incorporaciones y salidas de vehículos, animales que se cruzan, peor trazado y señalización, en muchas pero estado del firme, menor visibilidad … y todo ello, se puede ver incrementado por las condiciones climáticas, el incremento del tráfico en períodos vacacionales etc. Pero sin olvidarnos de que la subida de los peajes está ahuyentando a muchos conductores hacia este tipo de carreteras, propiciando menor fluidez y mayor riesgo.
Lo que el ciudadano normal no encaja del todo es que la medida principal de seguridad, se centre en el incremento de los radares, porque eso sí que suena a sanción y recaudación, habiendo como hay medidas preventivas tanto o más importantes que esta.
Pese a que muchos conductores son conscientes de que circular a una velocidad excesiva es un importante factor de riesgo, todavía hay un pequeño reducto que no cumple los límites de velocidad establecidos, sea cual sea el techo de los mismos. Según el estudio de INSIA en 2010, tendemos a circular por encima de los límites establecidos  y nos olvidamos de la importancia de realizar una conducción responsable y adecuada, y de este modo evitar un tercio de los muertos en accidente. En el 27% de los accidentes mortales en vía interurbana se apreció la velocidad inadecuada como factor concurrente. “Las prisas te hacen cometer errores y conduciendo no hay segunda oportunidad”. Por encima de la normas, los límites deben estar en la cabeza del conductor responsable de saber conducir conforme a las mejores condiciones de seguridad.

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