M. Castaño, 15-04-2012
Viene a cuento recordar a los lectores que no tuvieron ocasión de leer la columna del martes anterior, que habíamos planteado los prolegómenos de la Estrategia del Gobierno en materia de Seguridad Vial, apuntando las consecuencias de la inseguridad vial y las posibles soluciones, que serán eficaces si se actúa con un carácter preventivo sobre todos y cada uno de los ámbitos implicados, pero, sobre todo, incrementando la educción y formación vial de todos los ciudadanos, en cuyo grupo estamos incluidos cada uno de nosotros.
Hoy avanzaremos un poco más en el desarrollo de esta estrategia, porque solamente aquello que se conoce, se puede asimilar y poner en práctica con líneas específicas de acción.
Es así que el señor ministro presentó ante la Comisión de Seguridad Vial, los ejes vertebradores de la acción, mediante el desarrollo de una estrategia global que se sustentará, a su vez, en torno a un eje de acción prioritaria: incrementar la seguridad de los conductores. Para lograr este objetivo, habrá que atajarlo desde cuatro líneas de actuación principales que empezaremos a comentar en el día de hoy y remataremos el martes que viene: (1) la gestión y tecnología del tráfico y mejora de la movilidad de las infraestructuras viarias, (2) avanzar en la modernización de los servicios al ciudadano, (3) conseguir una estructura organizativa y un modelo de gestión orientado a la calidad y a la eficiencia en la asignación de recursos humanos, materiales y económicos y (4) avanzar hacia una movilidad sostenible.
Pero no solamente el Ministro se dedicó a numerar las cuatro líneas de acción, sino que llegó con los deberes hechos y expuso las pinceladas básicas para pasar de la teoría a la práctica, detallando las acciones más importantes que piensa llevar a feliz término. En cuanto a la gestión y mejora de la movilidad, conviene que nos pongamos las pilas de la información, porque nos van a afectar a todos. Por una parte, se va a generar la legislación oportuna para la implantación de los Sistemas de Transporte Inteligentes (STI) y además, la implantación de sistemas de información con otros modos de transporte, la mejora de la educación y formación de los conductores (desde la escuela a la autoescuela), la incorporación de la información sobre el estado del tráfico en los navegadores, el proceso de imposición de sanciones de tráfico, el impulso de la Dirección Electrónica Vial (DEV), es decir, el cambio del domicilio físico de notificaciones por un domicilio electrónico seguro y la implantación del sistema e-call para avisos de emergencia cuando se produzcan accidentes. También hay un deseo positivo, manifestado por el Ministro, de querer mejorar la gestión y estado de las carreteras (?), así como todo lo relacionado con los permisos de conducir y autorizaciones de vehículos, invirtiendo en la incorporación de las nuevas tecnologías que permitan mayor rapidez y eficacia, eliminando toda la carga burocrática que se lleva hasta ahora. Pero, ojo, todo en consonancia con el actual contexto de profunda crisis económica, obligando a orientar las acciones en favor de la racionalización de los medios y efectivos disponibles, modernización de los servicios que se prestan a los ciudadanos. Parece ser que se apunta a suprimir redundancias e ineficiencias y mejorando la transparencia en la gestión.
En consecuencia, ante los grandes cambios que se anuncian, no nos va a quedar más remedio que ponernos la día para tratar de adaptarnos a estas mejoras, que en principio buscan el noble objetivo de una Movilidad Segura por todos y para todos. Pese a todo, me viene a la mente la cita de Descartes resaltando que es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez, porque del dicho al hecho hay un buen trecho. Así pues, ¡Abrimos las puertas a la esperanza, deseando que la maltraída crisis no se un escollo para ver la realidad!
Para concluir y completar la trilogía, la semana que viene, dedicaremos algunas líneas más relativas a las dos acciones que restan en el desarrollo de esta estrategia.
El fenómeno circulatorio de personas, vehículos y mercancías, debe ser fluido, seguro y en perfecta armonía entre los usuarios y el medio ambiente para lograr una Movilidad Eficiente, ecológica y Segura. Para alcanzar estos objetivos, las Administraciones han de jugar un papel importante, pero sin la colaboración y responsabilidad compartida de todos y cada uno de los ciudadanos, será un intento fallido.¡Juntos podemos! Contamos contigo, porque PREVENIR ES INVERTIR.
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